No me importa saltar al vacío si tu mano izquierda se entrelaza con mi mano derecha.

Si estás a mi lado el resto me da igual. Las heridas duelen menos, los malos días pasan más rápido y el tiempo se para si estamos juntos.

Levantarme para ir a trabajar cuesta menos si sé que por la noche me volveré a dormir con tu brazo rodeando mi cuerpo, segura, tranquila. Mi sonrisa ahora es permanente y no podría gustarme más.