• Título: Que se detenga el tiempo
        • Autor: Irene Romo
        • Saga: Tiempo 1
        • Número de páginas: 374
        • Editorial: Ediciones Kiwi
        • Publicación: 31 de mayo de 2021
        • Libro en Amazon

*Sinopsis

Hagamos balance de este momento de mi vida.

Dinero: Asequible.
Familia: Ahí, ahí.
Trabajo: Mal.
Amor: Terrible.
Salud mental: Mejor dejarlo.

¿Qué haces cuando cada pilar sobre el que has construido tu templo se derrumba y la caída es inminente? ¿Obedecer a la razón o al corazón?

En mi caso, admito que tal vez haya actuado de forma infantil y precipitada, pero Cudillero es mi hogar, el pueblo donde crecí y en el que solo soy Ada. El origen al que volver cuando me siento más perdida que nunca. El lugar donde nada puede ir mal.

Ni siquiera reencontrarme con Enol. ¿O sí?

*Opinión personal

Esta es una historia preciosa que me ha transportado a mi querido norte.

La pluma de Irene es preciosa y cuenta todo en detalle. El libro se reparte en capítulos cortos contados por ambos protagonistas, incluso hay un capítulo de Martín que me gustó mucho porque explicó de maravilla lo que pasó. De hecho, lo que más me gusta de leerla es que sus historias son todas muy diferentes entre sí y no se me hace nada pesado leer varias historias suyas seguidas.

La novela nos cuenta la historia de Ada y Enol, habla del primer amor y el primer desengaño. La conexión entre ambos se nota desde el principio, creciendo hasta convertirse en miradas que hablan. Ada es fuerte, pero está en una época en la que se le han juntado demasiadas cosas malas. Enol es un auténtico buenazo, paciente y adorable. ¿Se nota que me ha encantado este chico? Totalmente, me ha enamorado por completo.

Además, nos encontramos con otros personajes maravillosos como Elsa y Llara, que le dan un punto de diversión que me encantó. Incluso Martín, a pesar de que no me gustó lo egoísta que es y lo poco que se puso en la piel de Ada en su momento, es un personaje muy necesario.

En resumen, esta novela en increíble y coincido plenamente en el premio de Ediciones Kiwi que ganó, no se merece menos.