Diciembre se esfuma buscando sonrisas, sonriéndole al cambio, a la vida alegre, a las historias de amor del bueno.

 

Pero la vida es un ying-yang, hay cosas buenas y cosas malas. Lo bueno somos nosotros, los que estamos aquí, la familia de sangre y la que se escoge. Lo malo son los huecos ausentes en la mesa, en las cenas navideñas, las pérdidas que notas todavía más en esta época que se supone que es alegre, pero depende del momento, siempre llega de repente ese recuerdo de tiempos en los que estábamos todos.

 

Diciembre se esfuma recordándonos que la vida pasa y que no podemos esperar para vivirla, que tenemos que disfrutar de cada momento como si fuera nuestro último segundo en la Tierra.