Nuestras manos entrelazadas, tu derecha y mi izquierda.

Tu ternura al mirarme y mi sinceridad al quererte.

El camino es fácil porque tú me sostienes la mano,

porque la agarras a cada pequeño tropiezo,

porque nunca permites que me caiga,

pero si lo hago, me levantas y me cuidas.

Nuestras manos encajan a la primera,

son las piezas de un puzzle perfecto.

Un puzzle con solo dos protagonistas,

que se quieren bien, por encima de todo.