Noches sin dormir, pesadillas, trescientas vueltas en la cama antes de caer rendida, ojos rojos, uñas mordidas…
Todos nos hemos encontrado en algún momento en el borde del abismo y da vértigo mirar hacia abajo, sentir el miedo y la ansiedad.
Acercarse al borde, expulsar el aire con todas tus ganas y volver a empezar.