El camino ha sido duro, difícil y cansado pero gracias a todo lo que he vivido hoy soy más fuerte, más inteligente, menos inocente, menos confiada y mucho, mucho más feliz.
No os preocupéis por mí, los malos tiempo ya se han ido y, sobre todo, ya no me asustan lo más mínimo.
Ahora es tiempo de reír, gritar, bailar, soñar, saltar, comer, disfrutar, vivir, querer y dejarme querer.
Sonríe, lo mejor ha de venir aún.
Los días malos también pasarán…
Saludos.
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Siempre, detrás de las nubes siempre sale el sol.
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