Había medias luna de sombra bajo sus ojos,
los restos de las noches en blanco,
los restos de las noches de insomnio.
Había tristeza en sus ojos y en su mirada perdida,
muestra de todo lo vivido, muestra de todas sus pérdidas,
muestra de todo el dolor soportado.
Tenía dolor en su forma de caminar, agachada,
cubriéndose el cuerpo y tapándose la cara,
mientras esquivaba miradas indiscretas, sentenciadoras.
Tenía una pena tan grande por dentro
que nadie se atrevía a preguntar qué estaba mal.
Transmitía desconsuelo en su forma de escribir,
estaba tan rota por dentro
que cada trozo de su alma cortaba.
Intenso y desgarrador, me ha gustado mucho. ¡Saludos desde la Buhardilla de Tristán!
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Mil gracias!
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