Cuando un amigo peludo se duerme para siempre el vacío que nos deja lastima.

Llegar a casa y que no esté en la puerta para saludarte, ir a su rincón favorito y que esté vacío, ver sus juguetes y notar su ausencia tanto que daña por dentro y por fuera, que hasta respirar duele.

Echas de menos todo. Y con todo me refiero a sus mimos, a sus ladridos, a sus patitas descansando siempre rozando tus piernas, a los besos de buenos días, a su carita de alegría al verte, a su arrepentimiento cuando hace algo malo, a su locura cuándo sabe que os vais de paseo juntos.

Incluso echas de menos cada día sus travesuras, sus ruidos a las cuatro de la mañana, sus regalitos al llegar a casa, sus sustos cuando él mismo tira algo sin querer y hasta tener que ir de paseo un domingo de diciembre a menos tres grados. Darías lo que fuera por volver a vivir ese momento juntos.

Cuando un amigo peludo nos deja lo echamos de menos cada día.

¿Cuál es la mascota que más huella os ha dejado?