A medida que crecemos nos vamos dando cuenta de que no podemos contentar a todo el mundo; pero, sobre todo, aprendemos a priorizar lo que es bueno para nosotros mismos.

Ser un poco egoísta a veces es necesario para ser feliz. Si algo te hace daño es mejor intentar mantener las distancias durante un tiempo a destruir una bonita amistad.

Las palabras lastiman demasiado, por eso siempre hay que intentar cuidar lo que decimos a aquellos que queremos.

¿Alguna vez has hecho algo que no te apetecía para contentar a otra persona? ¿Lo volverías a hacer?