Quiérete a ti mismo. Lucha por lo que quieres y nunca, nunca, te rindas. Si no eres tú la que lucha por tus sueños, nadie lo va a hacer por ti.

 

Valora las opciones, nivela los pros y los contras, localiza todas las posibilidades y determina cuáles son factibles y cuáles no lo son, elije bien. Pero lo más importante es que nada ni nadie te aleje de tus objetivos, que nada te haga cambiarlos y que nadie manipule tus sueños, porque al menos tienes que intentar alcanzarlos, aunque no lo consigas con todos, te debes a ti mismo intentarlo.

 

Sólo tú te puedes hacer feliz a ti mismo. Desde que seas feliz será más fácil compartir esa felicidad con otras personas y, por lo tanto, disfrutar y dirigir plenamente tu vida.