Somos dos piezas de un puzzle perfecto.
Mi cabeza se amolda sin dudar sobre tu pecho,
tus brazos encajan perfectamente con los míos,
tu mano derecha se entrelaza con mi izquierda,
nuestros labios encajan a la primera, buscándose,
como en las películas más románticas de amor.
Somos dos piezas de un puzzle perfecto.
Tú eres el día más soleado y caluroso de verano,
yo la noche más fría y estrellada del invierno,
pero juntos formamos el día perfecto de cualquier estación.