Sería poético matar a las penas de la risa, que nuestra sonrisa sea capaz de vencer a la tristeza, que en los días grises y sombríos las nubes siempre dejaran sitio para que el sol nos caliente, que las malas rachas no nos impidan ser felices.
Sería maravilloso poder sacarle siempre un lado bueno a lo malo, un bonito inicio a cada final doloroso de la vida, reír a carcajadas cuando las lágrima se derramen, celebras las derrotas como algo bueno y positivo que nos ayuda a ser mucho más fuertes.
Al fin y al cabo, como dice Shinoflow: «Estrenar una sonrisa y que todas tus tristezas se hayan muerto de la risa. Tu corazón está romperlo veinte veces, veinte veces de la risa».
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