Si tú saltas, yo salto. Si yo salto, tú saltas.

Si te caes, te levanto. Si me caigo, me levantas.

 

Nuestras manos, siempre atentas, se agarran

cada vez que lo necesitamos.

 

Tus dedos unen mis lunares,

trazando un mapa de vuelta a casa.

 

Porque entre nosotros no hay condiciones,

ni obligaciones, solo amor del bueno.