Como el que rompe un jarrón e intenta arreglarlo con celo. Reapareces y me sorprendes con un simple «quiero recuperar lo que teníamos». Pero un corazón roto no se puede arreglar con una simple disculpa.
A veces no es tan fácil. El jarrón arreglado con celo jamás podrá conservar el agua en su interior. Así estoy yo, jamás podré olvidar todo el daño, la angustia, la tristeza.
Han sido demasiadas noches echándote de menos, tú con ella y yo llorándote. Han sido más de trescientos días pensando si en ese momento estarías con ella, ¿qué cosas hacéis? ¿Te hace reír cómo yo? O una pregunta todavía más sencilla, ¿la quieres como me querías a mí?
En realidad, a medida que escribo me doy cuenta de que ese jarrón nunca va a volver a ser como era antes. Como nosotros, nunca volveremos a ser lo que éramos, por eso me despido. Ahora soy yo la que no te quiere en su vida.
Así como me ha hecho recordar, también me ha parecido de lo mejor
Me gustaMe gusta
Vaya! Me has dejado impresionado, ese juego de palabras y las metáforas muy acordes. Aunque también debo decir que me has echo recordar y me has echo viajar muchos años atrás.
Saludos.
Me gustaMe gusta
A veces una visita al pasado es bueno, siempre nos ayuda a saber lo que queremos y lo que no queremos. Me alegro mucho que te haya gustado, este es de mis favoritos.
Me gustaLe gusta a 1 persona