Me estoy ahogando día a día, lentamente.
Desde que te has ido nada tiene sentido
y todo duele, incluso sin ti, respirar duele.
Las horas del reloj pasan muy lentas,
porque notan tu ausencia,
porque mi sonrisa pesa más que antes
y apenas sale, sólo con algún viejo recuerdo,
sólo cuando revivo nuestros momentos.
Todavía tengo una pequeña e inútil esperanza
de que tu mano alcance la mía de nuevo
y me saque de este sentimiento de vacío,
pero sé que es imposible.