¿Existe peor sensación que el miedo? Para mí es la peor de las sensaciones, te congela el cuerpo, paraliza tus articulaciones y ralentiza tu capacidad de reacción, te bloquea.

El miedo nos acompaña toda nuestra vida, nunca nos abandona y forma parte de nuestra personalidad, moldeando nuestro carácter y condicionando nuestras acciones y pensamientos.

En mi caso es el miedo a la oscuridad el que me condicionaba. La oscuridad me impedía respirar, me bloqueaba, hacía que me pusiera a llorar desconsoladamente y me asustaba hasta límites insospechados. Tenía tanto temor a la oscuridad que mi corazón se aceleraba de forma que parecía que se iba a parar de golpe. Este miedo me limitaba a salir de casa cuando era de noche, no podía salir de fiesta por el miedo a volver sola y no me dejaba disfrutar de una lluvia de estrellas. Por eso decidí ir a un psicólogo, no me gusta la oscuridad, pero puedo convivir con ella.

Pero hay un miedo que nunca me abandonará y es la muerte. Me asusta con sólo rozarla. Y no estoy hablando de la mía, cuando me muera todo dejará de doler para mí. Lo que de verdad me da pánico es la muerte de los míos, de mi familia, de mis amigos, de todos aquellos a los que quiero y me importan de verdad.

Ya he sufrido más de una pérdida y el dolor es insoportablemente terrible, el pecho de oprime y las ganas y ansias de cualquier cosa desaparece. Es miedo a no volver a ver, abrazar, tocar, hablar. Es miedo a olvidarme de sus voces, de sus caras, de sus olores, de sus bromas o de sus gestos. El dolor de su pérdida lo acaricio sólo los días grises y lluviosos.