En mi otra vida nada tenía sentido. Los días eran aburridos, no tenía ganas de nadie, faltaba algo, no acababa de sentirme completa.

 

En mi nueva vida, que ya empezaba a encantarme, apareciste tú y la mejoraste. Tus buenos días me animaban desde primera hora, tus abrazos de buenas noches me hacían dormir en paz, el simple hecho de tenerte a mi lado en la cama me hacía sentir tranquila.

 

Juntos hemos construido una coraza fuerte, una de esas que aguantan con todo. Porque, si la roca es fuerte, no importa la marea. Porque al estar juntos, todo es mucho más fácil. Porque tú lo haces todo sencillo.

 

Gracias por completar mi vida.