Es hora de empezar a quererme,
de olvidar lo malo de mi pasado
y cuidarme día tras día a mí misma.
Es hora de dejar de lamentar errores,
porque no ayuda a vivir en el pasado
y comenzar a disfrutar de mis aciertos.
Es hora de vivir mi vida,
de aprovechar cada oportunidad,
de sonreírle a los problemas
y resolverlos con tranquilidad,
sin alterarme y pensando cada paso.
Es hora de cuidar lo bueno que tengo
y deshacerme de lo malo,
de los fantasmas del pasado
que no me dejan avanzar.
Es hora de aparcar el pasado,
cerrar cicatrices que todavía duelen
y probar la sonrisa nueva
que me va a acompañar desde hoy.