Aquel día hacia calor, era mediados de agosto y estábamos con unos amigos cuando te cabreaste demasiado por una tontería.
Los gritos de ambos, las malas rachas y las miradas de desprecio todavía retumban en mi cabeza, todavía duelen. Mil cristales rotos retumbaron en mi interior, sonaron como una gran cristalera resquebrajada, los trozos hicieron un ruido atronador.
Aquel día marcó un antes y un después, el comiendo de nuestro fin, el inicio de un montón de discusiones, de una mala racha que duró demasiado, hasta que decidí no volver a verte.
Excelente microrelato!
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Muchas gracias ❤
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