A veces la distancia no es tan mala como la describen los poema tristes.

 

La distancia en algunas ocasiones es buena, porque hay personas que, a pesar de los kilómetros, a pesar de no conocerlas cara a cara, te aportan mucho más que los que están cerca.

 

Personas que sientes que los necesitas en tu vida para sentirte bien, para sentirte completa, que te ayudan en los malos momentos, se alegran de tus victorias y lloran tus penas.

 

Ellos te entienden, te escuchan, te soportan, te aconsejan en los malos días, te valoran a ti misma, te dicen lo que quieres escuchar, pero también lo que necesitas escuchar.